El método ‘no poo’: ¿adiós al champú?
Suena fatal, lo sé, lo sé, pero hace tiempo que lo tenía en mente y el número creciente de post e información sobre el tema me está ayudando a convencerme.
No se trata de no volver a lavarse el pelo, si no, de sustituir los champús tradicionales, por alternativas más naturales, lo que los anglosajones han bautizado como “no-poo” (no shampoo).
Tengo que decir que tengo el pelo bastante sanote, sobre todo después de dejar el azúcar y el gluten, pero con una tendencia muy molesta a encresparse, así que siempre he usado una cantidad de productos, que prometían un alisado perfecto y que han sido una decepción tras otra.
Aquí una foto de mi pelo, brillante pero lanudo hacia las puntas… ahh, tampoco me peino mucho, nos os asustéis 😛
En primer lugar, me gustaría aclarar, que el mejor de los productos cosméticos, ya sea para nuestro pelo o nuestra piel, no puede sustituir una alimentación saludable. Si no comes los suficientes nutrientes, tu pelo y tu piel se verán sin vida, y tus uñas se volverán quebradizas.
Transición al método no-poo
Después de leer el post sobre el método no-poo, y harta de invertir en productos que no terminan de convencerme, he decidido dejar los champús tradicionales y usar la mezcla de bicarbonato y agua, así como el acondicionador a base de vinagre de manzana.
¿El problema? Existe una fase de adaptación de dos o tres semanas en las que tu pelo puede parecer bastante graso. No es nada grave: es el período que necesita tu pelo para eliminar los restos de producto que veníamos usando hasta ahora.
Pero a mi, en particular, es algo que me da bastante miedo, sobre por la imagen que hay que mantener en el trabajo. Así que me temo que tendré que esperara a las vacaciones para empezar a dejar el champú.
Aunque existe otra alternativa bastante recomendable para que la fase de adaptación al bicarbonato no sea tan traumática: los champús sin siliconas.
¿Y si quiero seguir usando champú?
Después de investigar un poco sobre el tema, creo que no hay que alarmarse (mucho), pero es conveniente saber que la mayoría de los champús contienen siliconas no solubles en agua, que tras muchos lavados, acumulan restos en el pelo, formando una película impermeable que no permite penetrar en el pelo otros ingredientes necesarios para la hidratación del mismo.
Así que a simple vista, el pelo parece suave y brillante, gracias a la capa formada por las siliconas, pero poco a poco se volverá seco y quebradizo, por la falta de nutrición, y a largo plazo, notaremos que se nos cae más, que está más fino y con menos volumen.
Si queréis saber si vuestro champú contiene siliconas no solubles en agua (las problemáticas), las más comunes terminan en -xane, -cono, -cone, -conol: Cyclomethicone, Phenyl Trimethicone, Dimethicone Copolyol…
Así que después de pensarlo, y aunque el cambio de un champú con siliconas a uno sin siliconas también tiene una fase de adaptación, en la que es posible que el pelo se note más encrespado y seco, me he comprado uno de la marca pantene, el único que no tiene siliconas. Aunque hay varias marcas que las han eliminado de algunos de sus productos Corpore Sano, Welleda, Petit marsellaise…
¿Y como crema suavizante? Yo recomendaría aceite de coco, sin duda. Por sus propiedades nutritivas y porque tiene un efecto anti encrespamiento estupendo. Basta con coger media cucharilla de aceite de coco, frotarlo en las manos hasta que se derrita y pasar las manos ligeramente por el pelo.
Si no encontráis aceite de coco, u os da un poco de repelús, siempre podéis usar este de la marca Anian, muy económico y sin siliconas no solubles en agua:
Que ganas tengo de ver los resultados 🙂
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