Hábitos que te arruinan el día: sobrepensar

Esta costumbre se llama «sobrepensar» del inglés «overthinking». Yo  lo llamo cariñosamente entrar en bucle, porque suelen ser pensamientos que se repiten una y otra vez en tu cabeza, como si estuviesen montados en una noria pasando una y otra vez por el mismo punto.

¿Me estás diciendo que deje de pensar? ¿Qué sea un/a simple?  No, nada más lejos de mi intención: pensar menos no te hace ser simple, pero simplificará tu vida 🙂

Como bien dice Augusto Cury, psiquiatra brasileño: “ pensar es excelente; pensar demasiado es terrible”. 

Los artículos que he leído sobre este tema, suelen afirmar que sobrepensar te arruina el día y no te deja avanzar en la vida, ya que el pasar demasiado tiempo pensando en qué hacer o cómo hacerlo te impide pasar a la acción y no te deja disfrutar el presente.

Sobrepensar te arruina. Arruina la situación, tuerce las cosas a tu alrededor, te hace preocupar y hace parecer todo peor de lo que es

Dejando a un lado los motivos románticos del tipo «carpe diem», lo cierto es que sobrepensar acaba teniendo repercusiones físicas propias del estrés y la ansiedad: insomnio, irritabilidad, sufrimiento (anticipado y gratuito), olvidos, taquicardias, gastroenteritis, etc.

¿No te pasa que después de un día dándole vueltas a un problema, estás con el estómago destrozado, te arrastras para llegar a casa con un dolor de cabeza terrible? Y encima no consigues dormir porque aún no tienes la solución que quieres, porque casi no hace falta decirlo, pero el sobrepensar lleva de la mano pensamientos negativos y catrastroficas.

Quienes piensan demasiado “le roban energía vital a la corteza cerebral y sienten una fatiga excesiva sin haber hecho ejercicio físico”. En definitiva, te deja sin energía que te hace falta para ser feliz, y te hace vivir a medio gas.

¿Qué hacer para evitarlo?

Dejar de pensar durante al menos 5 minutos al día, una tarea enorme que requiere bastante práctica. Aquí algunos consejos que he incorporado a mi vida diaria y que a mi me resultan útiles.

Soluciones de urgencia

Sé consciente de que estás sobrepensando. 

Detectar que estás dándole vueltas  de forma excesiva a un asunto ya es todo un logro. Si eres consciente del problema, puedes arreglarlo, si no, se quedará ahí consumiéndote.

Parada de pensamiento

Mª Jesús Álava Reyes, psicóloga, me descubrió en su libro «La inutilidad del sufrimiento» lo que se llama parada de pensamiento. Consiste en encontrar una palabra «Totem» para ti como «basta!», «para!», cuando detectes un pensamiento rebelde.

Una vez recuperado el control de tu mente por unos segundos, trata de centrarte en otra cosarecitar las películas de tu actor favorito, o contar de 1000 a 0 restando 7. 

A mi eso nunca me ha servido: me agobio al equivocarme en los cálculos 🙂  A mi lo que me funciona es cantar algo internamente. Cada uno tiene sus trucos.

Céntrate en tu respiración

Cuando hayas conseguido frenar la oleada de pensamientos con el paso anterior, es bueno cerrar los ojos y concentrarte unos minutos en tu respiración.

Aire que entra, aire que sale, como llena los pulmones… eso es lo único que hay en el mundo en este momento.

Desde mi experiencia, te recomiendo de corazón meditar. O simplemente pararte unos minutos al día y concentrarte simplemente en la respiración. Busca en youtube vídeos de sesiones de mindfulness que te ayudarán al principio.  Aunque no lo consigas desde el primer día, no te rindas.

Soluciones a medio/largo plazo

Haz deporte

Creo sinceramente que las endorfinas que se generan durante el deporte se llevan mal con el «sobrepensamiento». Sal a correr, levanta algún peso, haz unas flexiones, haz una ruta por el campo…

Trata de descubrir qué provoca ese exceso

¿Qué situaciones te preocupan o te provocan ansiedad? ¿Qué te da miedo?

Acepta que la perfección no existe

Está bien ser perfeccionista, pero no te machaques con lo que podrías haber dicho o hecho en aquella situación. Está bien reflexionar de cara a situaciones similares, pero lo que pasó ya no lo puedes cambiar, déjalo ir.

Hazlo. Equivocarse es humano y forma parte parte de la vida

Una de las cuestiones que más nos hace sobrepensar, y que nos paraliza, es tomar una decisión.

Nos da tanto miedo equivocarnos y fracasar (desde nuestro punto de vista, claro), que le damos miles de vueltas a las posibles alternativas. Pero, si tomamos una decisión y nos equivocamos, ¿qué es lo peor que puede pasar?

Verás, yo hace unos años invertí en una empresa, perdí todo lo que había ahorrado desde que comencé a trabajar y algo de salud a consecuencia del estrés.

A veces me viene a la cabeza. Me equivoqué, sí. ¿Y qué? Es algo que no voy a olvidar, pero la vida sigue, y pasarme el día lamentándome por lo que pudo ser y no fue, me perderé la oportunidad de disfrutar de momentos preciosos con las personas que quiero.

Si nunca pasas a la acción, nunca te equivocas, pero dejar de hacer cosas que quieres por miedo a equivocarte es como pasar por la vida de puntillas.

Sé feliz.

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Échale un ojo a este libro, para conocer como una mala alimentación puede empeorar nuestra salud cerebral: